Dentro de todos los libros de los que hablé en Goetia, un libro que me parece bellísimo y que quiero destacar (otra vez), por su influencia en la literatura de fantasía contemporánea, es el Kalevala.
«Ni por ti ni por nadie llevo una cruz en mi pecho, ni me ato el cabello con seda ”
(La virgen ahogada)
El Kalevala (que significa «Tierra de Héroes»😉 son canciones épicas reunidas por el Dr. Elias Lönnrot, en forma de un gran poema, primero de 12,000 versos, dividido en 12 canciones (que luego se expandió a 22,793 canciones, divididas en 50 cantos). Estos poemas fueron compuestos entre los siglos V al XII, por personas que vivían al norte y al este del Golfo de Botnia (lo que hoy se conoce como Finlandia).
Lönnrot, al publicar el Kalevala en 1835, además de recuperar material mitológico de valor incalculable, sacó a la luz la literatura finesa moderna, porque el idioma que se hablaba hasta entonces entre las personas ilustradas del país era el sueco (producto de la invasión producida años antes). Sin embargo, en las áreas y lugares apartados, el idioma finés se conservó en las míticas sagas que se transmitieron oralmente de generación en generación y en los nombres de dioses y héroes que Lönnrot transcribió.
De esta manera, nos encontramos ante un gran drama, con la eterna lucha entre la oscuridad y la luz, en la que Vainamöinen, bardo, chamán, profeta, dios de la canción y la poesía, el primero que puebla el Tierra, se enamora y vuelve mortal por una hermosa mujer que desprecia su amor al ser viejo (porque había estado en el vientre de su madre durante más de 700 años, sin nacer). Esta mujer se ahoga y es transformada en una sirena. Esta pena de amor lo lleva a vagar sin dirección, siendo capturado y llevado a las costas donde vive Louhi, giganta de hielo que domina la brujería y que impone pruebas imposibles sobre los pretendientes de su bella hija.
Uno de los intentos es forjar el mítico Sampo (especie de molino de plata, que muele maíz, sal y oro) con la punta de la pluma de un cisne, la leche de una vaca estéril, un grano de cebada y la lana de una oveja. Vainamöinen le pide al herrero Ilmarinen que lo haga, cosa a la que él acepta para obtener la mano de la hija de Louhi. Nada sale como se esperaba y en la lucha por obtenerlo, el Sampo se rompe y cae al mar, donde continua produciendo sal hasta el día de hoy.
Las historias se suceden una tras otra, aparece Kullervo, héroe trágico que se enamora de su hermana sin ser conocido (y que inspira a Tolkien su personaje de Turin Turambar), Lemminkainen, una especie de «trickster» que cotninuamente se ríe de Vainamoinen y Lönnrot, estructura su poema usando versos de 8 sílabas, sin rima pero con aliteración (repetición de fonemas iniciales o importantes en cada verso) y haciendo paralelismos continuos entre la imagen y las palabras.

Termina el Kalevala con el advenimiento de los reyes mortales, el alejamiento de los dioses de la Tierra y la fundación del estado independiente de Finlandia. Así termina también una de las epopeyas más importantes de la literatura occidental, la fuente de inspiración para autores como JRR Tolkien y el poema que contribuyó a la unidad lingüística y espiritual de una nación.