Leer es gratis_MB_webHace unos días estaba buceando por internet y descubrí a dos personas que se burlaban de mi goodreads challenge (básicamente diciendo que a qué hora leía tanto y seguro era para dármelas de algo, más encima «agregando cómics»).

Me quedé pensando un buen rato en cómo ha sido mi experiencia lectora: leer me ha dado alegría, he aprendido muchísimo, me he sentido acompañada en momentos de profunda soledad y he conocido a excelentes personas que comparten este gusto.

Leer como acto puramente solitario ha sido la felicidad, pero sí he sentido nubarrones cuando me ha tocado pasar por ciertas situaciones, algunas de las cuales sí han sido más pesadas por el hecho de ser mujer. Recuerdo cuando me dijeron que «no querían vivir en una casa que parecía biblioteca» (y eso para mí es la definición de una casa!), aunque quizás estas situaciones fueron más complicadas cuando era más joven, eso sí.

Acá algunos ejemplos:

  • Siempre un examen para aprobar/probar algo: esto me pasaba especialmente cuando iba a comprar cómics o conversaba de cómics, altiro venían las preguntas «difíciles» para comprobar si yo de verdad leía cómics: «¿en qué revista apareció Wolverine?», «si sabes tanto de x men: explícate el árbol genealógico de los Summers-Grey» y así suma y sigue. Era un constante agote tener que justificar que te podían gustar los cómics y que además para comprobar esto tenías que demostrar que te habías leído TOOOOODO, cosas que nunca sentí que le preguntaran a mis amigos. El acceso a los cómics (sobre todo comprar en tiendas locales) sigue siendo bastante misógino y mucho de eso está bastante solapado (quizás por eso muchas de las mujeres que conozco prefieren comprar por internet).
  • Siempre la suspicacia: nunca he sentido que leer mucho sea una muestra de inteligencia, habilidad especial o algún superpoder. Es sencillamente dedicarle tiempo a algo que te apasiona, pero siempre está la suspicacia: «oye, ¿pero a qué hora lees tanto?», «esto es para puro darte color», «¿te los lees de verdad o te lees un resumen?». Siento que el goodreads challenge en particular despierta mucha tirria, cuando en realidad más que para andar presumiendo de cuánto leo (o del tiempo que tengo) es una herramienta super útil para ver qué saga me falta por terminar, qué libro nuevo de un autor que me gusta está en los pendientes, en resumen, una herramienta funcional para la manía de hacer listas para todo,manía que tengo desde hace muchos años. Pero siempre he sentido que parece molestar el hecho que leas mucho y lo cuentes; así que salvo este blog, las conversaciones con amigos y bueno, mi cuenta de goodreads, es algo que suelo guardar para mí y para quien le interese conversar del tema (confieso que este es uno de los contras cuando pienso en armar un canal de youtube para hablar de libros, el sentir que se vendrá multiplicado por mil el cuestionamiento constante y que será exponerse más aún).

 

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Su ex marido argumentó: «Bette read ‘to an unnecessary degree»

Aún recuerdo cuando fui a preguntar por un libro de Frances Yates a una librería con nombre de héroe griego y me dijeron: «Ya, ¿pero tú te vas a leer el libro?». Pensé en responder una pesadez, pero antes de eso vino nuevamente el interrogatorio de si yo sabía quién era ella y yo pensando: «Estoy buscando el último que me falta, he leído todos los demás». Mi reacción en vez de responder fue irme y no volver más. Mala mía, pero era joven y no quería discutir. Ahora más vieja, en realidad, tampoco.

 

¿Les ha pasado algo parecido?

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9 comentarios en Suspicacia y examen lector

  1. Sí. Con libros, cómics, series y películas.
    «Cómo tienes tiempo?» No me gustan los mall, no tengo plata para restaurantes ni me gusta estar echado sin hacer algo.
    Y como después además recuerdo los autores, tramas o directores, aumenta la sospecha.

  2. ¡Me siento muy identificada! La gente siempre me pregunta cómo tengo tiempo de leer tanto, y la verdad es que entre que leo más rápido de lo normal y que trato de dedicarle tiempo porque me gusta y me distrae, es natural. También me han tocado los que tratan de tomarme examen, hasta que se enteran de que estudié letras y tengo un magíster en literatura comparada.

  3. Me pasó en la feria permanente de libros usados de Manuel Montt. Fui con una amiga que también leía mucho y nos acercamos a un puesto a preguntar por el precio de unos libros y el señor que lo atendía nos miró con suspicacia y nos preguntó derechamente si era verdad que leíamos. Nosotras éramos adolescentes, así que nos ardió todo con la pregunta. Ambas abrimos nuestras mochilas y le mostramos la cantidad de libros que llevábamos. Ahí quedó el viejo xD

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